A lo largo de la vida existen numerosas situaciones que pueden desequilibrar nuestro desempeño ocupacional:
– Cambios que limitan nuestra participación en nuestras ocupaciones significativas como, el trabajo, la vida familiar, o el disfrute de nuestro tiempo libre y relación con los demás.
– Aspectos que pueden restarnos autonomía en actividades básicas como el aseo personal, el vestido, o la alimentación.
– Situaciones que pueden modificar nuestros roles o hábitos.
Estas alteraciones de nuestra autonomía, pueden ser determinantes para nuestra salud. Por ello, desde terapia ocupacional podemos realizar intervenciones a través del entrenamiento y reeducación en las actividades de la vida cotidiana, adquisición de nuevas estrategias, rehabilitación de funciones, o adaptaciones del entorno y de la actividad cuando sea necesario.