ATENCIÓN PSICOEDUCATIVA CON NIÑXS Y ADOLESCENTES

Autoras: Raquel García , Rut Menéndez y María Chavert

¿A qué nos referimos cuando hablamos de experiencias adversas en la infancia?

Las experiencias adversas en la infancia (ACE, según su traducción al inglés: Adverse Childhood Experiences) son más comunes en la población de lo que pueda parecer. El abuso físico y sexual, la presencia de psicopatología parental, la negligencia física y emocional, el conflicto entre los padres, la exposición a violencia y el abandono pueden ser algunos acontecimientos considerados experiencias adversas en la vida de niños, niñas y adolescentes (ACE). Existen otro tipo de situaciones más sutiles que también pueden afectar la vida de las personas que las sufren y, aparentemente, no son situaciones de alto impacto: cambios recurrentes de centros escolares, hospitalizaciones o separaciones tempranas de los niños con sus progenitores son hechos que pueden pasar desapercibidos para los adultos pero tener un gran impacto en los niños y niñas, por su condición de vulnerabilidad, generando en ellos un efecto negativo que permanece oculto a simple vista, pero condiciona su desarrollo psíquico y físico. Por tanto, cuando estamos hablando de ACE, estamos hablando, casi irremediablemente de exposición a experiencias traumáticas.

La presencia de experiencias de este tipo en los primeros años de vida tiene un impacto directo en el desarrollo de las personas a distintos niveles. La neurociencia actual y la neurociencia afectiva y relacional han estudiado cómo, por ejemplo, los circuitos neurales que configuran nuestra estructura cognitiva sufren modificaciones en su funcionamiento y organización como intento de adaptación a estas vivencias. Desde la psicología del trauma se han realizado estudios y acumulado experiencias acerca de cómo dejan huella en la construcción de las personas la exposición a este tipo de experiencias, especialmente cuando la exposición ha sido prolongada y/o repetida a lo largo del ciclo vital. Desde otras áreas de conocimiento se ha podido comprobar también como estos efectos se extienden, además, a la salud física de quien los sufre e incluso puede llegar a condicionar su desarrollo social.

¿Por qué es importante que los profesionales de centros educativos y sanitarios puedan atender estas necesidades?

Si tenemos en cuenta lo mencionado en el apartado anterior, podemos entender que en una escuela promedio o en un centro de convivencia de niños, niñas y adolescentes podemos encontrar una ratio de personas afectadas por ACE muy elevada, teniendo cada uno de ellos diferentes estrategias de afrontamiento, diferentes niveles de afectación y diferentes estilos de gestión de los mismos. Podemos incluso encontrar ratios de afectación también altos entre los propios profesionales que trabajamos con estos niños, niñas y adolescentes. Los datos de los estudios realizados en EEUU acerca de esto indican que estamos ante un problema de salud pública que estaría afectando al sistema de salud, al sistema social del entorno donde se desenvuelven, al sistema judicial y al sistema educativo.

Las personas que han vivido experiencias adversas o traumáticas en la infancia suelen haber perdido la sensación de seguridad en el mundo, esto hace que se relacionen con el mundo desde la inseguridad, tratando de buscar la protección y de defenderse de las amenazas detectadas por ellos. Su cuerpo y su mente se organizan para conseguir recuperar esta seguridad, y la conducta está al servicio de esta imperiosa y básica necesidad. Por esto, es habitual que estos niños y niñas sean descritos, por ejemplo,

como niños y niñas difíciles, que sobrerreaccionan a pequeños estímulos, se empeñan en no seguir las reglas y se pelean con adultos.

También es habitual escuchar descripciones de ellos como “niñas y niños que no atienden a indicaciones, que parecen no integrar normas sencillas que son incapaces de seguir y que parezcan despistados, desinteresados o simplemente “idos”.

Generalmente, los adultos solemos realizar acciones encaminadas a suplir estos déficits para conseguir un mejor rendimiento, una mejor conducta o una mejor productividad en el área que nos corresponde, sin darnos cuenta de que la mayor parte de nuestros esfuerzos no obtendrán el resultado esperado, creando bucles de motivación-decepción que se repiten incesantemente tanto para el adulto como para el niño o niña, que una y otra vez corrobora que el mundo es un lugar poco confortable y seguro para él. El resultado puede ser, por lo tanto, un adulto más cansado, irritado y desmotivado y un niño o niña cada vez más seguro de que no debe bajar la guardia. Por ello, cambiar la mirada y tener conocimientos y estrategias para acompañarlos, puede ser muy beneficio para todas las partes.

¿Qué áreas pueden verse afectadas en niños, niñas o adolescentes que han sufrido ACE?

– La regulación emocional o capacidad para manejar sus propias emociones.
– La adquisición y manejo del lenguaje y la comunicación.
– La capacidad de manejar la atención y la concentración.
– El uso de la memoria a corto plazo y a largo plazo.
– La capacidad de hacer uso efectivo de la información nueva recibida, así como de asentar el conocimiento nuevo en el adquirido previamente.
– La capacidad de organizar el conocimiento y de planificar y ordenar tareas.
– Mal manejo del tiempo.
– La capacidad de entender de forma clara las relaciones de causa – efecto.
– La capacidad para poder simbolizar mediante el lenguaje sus pensamientos y estados internos.
– La capacidad de inhibir sus impulsos.
– La capacidad de usar con éxito el razonamiento reflexivo.
– La capacidad de confiar en las relaciones interpersonales.


Estas son sólo algunas de las consecuencias que nos podemos encontrar y que dificultan bastante las labores de crianza, educación y manejo clínico de estos niños y niñas.
Que la sociedad esté informada y sea conocedora de esto, es el primer paso para poder convertirnos en puntos de apoyo que propicien que estos niños y niñas encuentren contextos adecuados para su recuperación
Aportar a estas personas espacios de comprensión, adaptados a sus necesidades y que les aporten experiencias reparadoras es clave para favorecer un desarrollo sano, y para esto es necesario conocer el impacto del trauma en el desarrollo evitando así malinterpretar sus manifestaciones como meros problemas de conducta, actitud o aprendizaje.

¿Qué vamos a aprender con esta formación y a quién va dirigido?

Este curso está especialmente pensado para psicólogos/as, psiquiatras, educadores, profesores, logopedas y terapeutas ocupacionales y pretende acercar a todas las personas interesadas en infancia a un espacio donde conocer un poco más acerca de estas problemáticas y que nos permita, a todos, tejer la red de apoyo, comprensión y empatía que estas niñas y niños necesitan para poder tener una vivencia con menor sufrimiento y más adaptativa en los distintos contextos en los que se relacionan.

  • Por tanto, el objetivo de esta formación es que los y las asistentes puedan aprender sobre los siguientes puntos permitiendo así un acompañamiento a los niños y niñas afectados por ACE.
  • – Qué son las ACE.
  • – Entendiendo el cerebro y la conducta de personas afectadas por ACE.
  • – Adolescencia y ACE.
  • – Los adultos significativos que conviven con personas con ACE: qué hacer y qué no hacer
  •             El diseño de intervenciones para personas afectadas por ACE desde diferentes contextos psicoeducativos.
 
Más información sobre el curso

La formación tendrá lugar en Santiago de Compostela el día 27 de mayo de 2023 en el centro de negocios “Witland” (Rúa Camiños da vida S/ N , Santiago de Compostela) en horario de 10:00 a 14:00h y de 15:30 a 19:30h.

Las reservas se pueden hacer a través del correo electrónico contacto@centrochavert.com
Precio: 115 euros si la inscripción se realiza antes del 27 de abril y de 125 euros a partir de esa fecha hasta el 27 de mayo.

Aquellos centros adscritos a nuestro programa de consultoría se podrán beneficiar de un 5% de descuento por asistente.

Existe un límite de plazas para poder hacer la formación, por lo que la admisión al mismo se realizará por orden de inscripción.

El folleto del curso está disponible en el siguiente enlace .

El curso será impartido por Raquel García Fernández, psicóloga y directora del centro Nazem y docente experta en trauma e intervención infanto-juvenil y familiar y miembro del equipo de UIICF de Ferrol.  

Si necesitas más información puedes contactarnos a través del correo electronico  chavertpsicologiagestion@gmail.com o a través del número de teléfono 698 12 06 53.

No hay comentarios

Disculpa!! el formulario de contacto está cerrado en estos momentos.