PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN EN LA INFACIA

La Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT) define la terapia ocupacional como una profesión que se encarga de la promoción de la salud y el bienestar a través de la ocupación. El principal objetivo es capacitar a las personas para participar en las actividades de la vida diaria.

Lo cierto es que comer es una ocupación que forma parte de la vida cotidiana de todas las personas a lo largo de la vida. Esta actividad fundamental permite la supervivencia y es un condicionante potencial de la salud. Por ello, los terapeutas ocupacionales realizan valoraciones para conocer las dificultades en relación a la alimentación que se pueden presentar en cada etapa vital, e intervienen cuando existe un riesgo para la salud o bienestar.

Los problemas de alimentación en la infancia son abordados por diferentes profesionales, desde diversas especialidades de la medicina, a logopedas, psicólogos o fisioterapeutas.

¿Por qué consultar con un terapeuta ocupacional?

El profesional de Terapia Ocupacional interviene más allá de la cantidad de la ingesta, el equilibrio nutricional, o el aumento de peso de los niños y niñas. El trabajo de esta disciplina, bajo una visión holística de la persona, abarca un amplio abanico de escenarios.

  • Habilidades y destrezas: las intervenciones pueden estar enfocadas al entrenamiento de todas aquellas funciones necesarias para que los niños/as puedan comer. Lo que implica adquirir las habilidades para  llevar físicamente  la comida a la boca, triturarla e ingerirla. Además de las destrezas motrices, en las que todos estamos pensando, aquí también se ven implicadas numerosas funciones como la atención, comprensión, o coordinación.
  • Selectividad alimentaria: aunque estas habilidades hayan sido adquiridas, pueden existir dificultades relacionadas con la selectividad alimentaria, es decir, que aún así, el niño o niña solo ingiera una variedad muy limitada de alimentos lo cual impide una nutrición adecuada, pone en riesgo su salud y limita su participación en numerosos contextos como el comedor escolar, restaurantes… y por ende, su participación en eventos culturalmente relacionados con la comida.
    En este caso las intervenciones pueden ir dirigidas a diversas dificultades, como la rigidez para aceptar nuevos alimentos o las dificultades sensoriales para tolerar y/o gestionar una amplia gama de estímulos en la zona oral.
  • Autonomía: es importante intervenir cuando los niños o niñas toleran ingerir una variedad aceptable de alimentos pero el proceso es costoso e influye en que la cantidad no sea suficiente o la participación no sea correcta. Es decir, en algunos casos, aunque existen habilidades suficientes para permitir la alimentación autónoma, el proceso requiere tanto esfuerzo, que los niños no pueden terminar con éxito la actividad. “El sabe comer solo pero casi siempre le tengo que ayudar yo al terminar dándole con mi mano” ¿Te suena? En ese caso, es posible que sea necesario trabajar las praxias orales para gestionar el bolo, el posicionamiento en la silla y mesa, la capacidad de permanencia en una actividad, o sea necesario realizar modificaciones ambientales.

El proceso de alimentación se inicia desde el primer momento de vida y es necesario para garantizar la supervivencia. En ese mismo instante en el que comienza a desarrollarse la alimentación, son la madre, el padre o el cuidador de cada niño/a los encargados de facilitar el alimento y posibilitar la alimentación.

En muchos hospitales de todo el mundo, el terapeuta ocupacional también forma parte del equipo de neonatología y su principal función es la educación a los padres y madres sobre muchos aspectos relacionados con la alimentación, como por ejemplo: Lactancia materna, uso de biberón, etapas de desarrollo de la alimentación, posicionamiento, sensibilidad oral, deglución, respiración, gases o interacción madre/padre – hijo/a.

Los profesionales de otras ramas, como se indicaba al inicio, también participan en las intervenciones para facilitar el proceso de alimentación. Los/as logopedas, por ejemplo, pueden utilizar la terapia miofuncional, que comprende una serie de técnicas y procedimientos para trabajar la reeducación de hábitos y funciones orales alteradas.

Para ello pueden valorar y tratar aspectos como la respiración, tonicidad y movilidad de la musculatura facial, masticación deglución o asimetrías posturales. Es decir intervienen en la fisiología de la zona oral. La terapia miofuncional puede ser una de las técnicas utilizadas en las dificultades de alimentación en la infancia cuando sea necesario intervenir sobre estos aspectos concretos, pero en la mayoría de las veces, no constituye un abordaje único.

Por lo tanto, es fundamental que un terapeuta ocupacional valore inicialmente cada caso ya que como hemos visto, pueden coexistir dificultades del procesamiento sensorial, alteración de funciones cognitivas o aspectos emocionales que, han de considerarse y tratarse de forma holística, muchas veces desde la intervención en equipo para que el tratamiento resulte efectivo.

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